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» Guárdate del egoísmo; quienes son egoístas, se despojarán de sus fardos por sí mismos.» En nuestra religión, como todo en la vida, todo tiene su precio, no se hace nada sin cumplimentar éste, porque así ha sido determinado por los Orisas…Porqué no son la consulta de santero gratis, consulta de santeria gratis, consulta babalao gratis, consultas santera gratis: En una oportunidad Orunmila le dijo a sus hijos los babalawos e iyanifas: Vosotros tenéis que enseñar a la gente que, pagar por el bien que se recibe no es retribuir al pie de la letra; es agradecer, apreciar, respetar y corresponder en alguna medida a los Orisas, sus sacerdotes y sacerdotisas… Antes de que Orunmila emitiera a sus hijos el mensaje que acabamos de citar, los babalawos predicaban y practicaban el bien a la humanidad gratuitamente, vivían en la más absoluta pobreza y desposeídos totalmente de bien material alguno. Se sustentaban o al menos lo intentaban, de la caridad publica, y se conformaban con lo que ésta, cada vez más miserablemente, les concedía en reciprocidad por el incalculable bien recibido. Sin embargo, llegó un momento en el cual los babalawos comenzaron a padecer la miseria, el hambre, el frío y la muerte prematura, mientras que para la mayoría de la gente el holocausto de estos seres humanos les fue indiferente. Aun así, los babalawos prosiguieron en el cumplimiento de su noble y sagrada misión, hasta que casi llegaron a extinguirse por inanición. Ya sus fuerzas habían tocado fondo.Mientras todo esto sucedía la mayoría de la gente se olvidaba rápidamente del beneficio recibido de manos de aquellos religiosos. Muchos habían sido curados de graves enfermedades, otros se habían salvado de mortales accidentes, otros habían recuperado la felicidad y la paz de sus vidas y familias, otros habían hecho grandes fortunas, otros fueron salvados de la muerte y la desgracia, y así, la lista de beneficios obtenidos por la gente, de manos de aquellos dedicados sacerdotes, se hacía interminable.Pero, sin embargo, el ser humano ponía de manifiesto su febril egoísmo, al desconocer de manera irrespetuosa las necesidades vitales de aquellos, por cuya intermediación, habían recibido la caridad de los Orisas y ancestros.Y, Orunmila prosiguió con el mensaje… Porque hasta hoy he visto con gran tristeza, cómo muchos seres humanos, tan rápidamente olvidan el bien que reciben. Es menester entonces, ante tan abusivo egoísmo, que vosotros no vivan a expensas de la buena voluntad, la iniciativa humanitaria y la caridad de quienes cada vez más, demuestran con sus actitudes, la indiferencia y el desprecio que sienten por todo aquello que consiguen fácilmente. La mayoría de los hombres han aprendido equivocadamente a darle valor material a todo lo que les concierne. La mercadería que ustedes ofrecen no tiene un valor material, porque ella misma, en sí, no es material; pero sin embargo, les puedo asegurar que, la salud, el amor, la paz, el equilibrio, la vida misma y la salvación que a través de ustedes ellos obtienen, no puede ser valorado materialmente, porque ningún ser humano puede pagar el verdadero valor que estos aspectos tienen en sus vidas. Por todo lo que les he dicho hasta aquí, a partir de estos momentos toda acción vuestra, a título personal o a favor de terceras personas, que implique una participación directa o indirecta de algún Orisa o ancestro, sea cual fuere ésta, tendrá que ser recompensada materialmente siempre, mediante la ofrenda de animales u objetos valiosos de cambio, que obliguen al beneficiario de nuestros favores, a demostrar en todo momento, una acción reciproca que nos demuestre su disposición al sacrificio, cualquiera que este sea, a cambio de la caridad incalculable que recibe. El ser humano ha recibido de nosotros los Orisas la vida y la naturaleza para que crezca, se desarrolle y se engrandezca mediante el sacrificio, la honestidad, la justicia y el amor a sus semejantes. Grandes cosas hemos hecho previamente para ellos a fin de facilitarles el camino, pero una vez más ahora se hacen los desentendidos y se autoconsideran con el derecho a recibir gratuitamente vuestro sacrificio unido a nuestros favores. Sin embargo, ante tales actitudes, a partir de ahora nuestros favores y vuestro trabajo tendrán que ser recompensados materialmente por todo aquel que les requiera. Cada babalawo deberá exigir siempre el «derecho de Orisa» o contrapartida material, previa o posteriormente a la consumación de su trabajo. Y dejará claro con cada cual, que el pago de esos derechos, en ningún momento significará que se ha comprado el favor de los Orisas o ancestros . El abono de los mencionados derechos siempre será una representación simbólica del espíritu de sacrificio de la persona que solicite vuestros servicios, pero a nosotros nos corresponderá siempre la última palabra, con respecto a si concedemos o no, el favor solicitado, solamente después de haber valorado si esa persona ha hecho lo suficiente para merecer nuestra ayuda. Los hombres deben dedicar sus vidas a labrar la madera, a cultivar los campos, a cazar, pescar, curar enfermos, enseñar a los niños, a cuidar los animales, las labores artísticas, extraer las riquezas naturales…pero también hay quienes tienen la sagrada misión de servir de intermediarios entre los hombres y sus dioses, dedicando su tiempo y su vida a tan noble y encomiable labor… por ello tienen tanto derecho a recibir lo mismo que los demás. La labor de ustedes, es una labor tan socialmente importante como cualquier otra, y por ello deben recibir lo necesario para vivir dignamente entre sus semejantes. Por tanto, si la gente no es capaz de reconocer en toda su magnitud el valor de vuestro trabajo, entonces que a partir de ahora aprendan que la caridad hay que merecerla, que ésta requiere acción y trabajo, que por ello también tiene un precio, y que a quienes son aptos por sus consagraciones y Asé para tramitarla, también tendrán que pagarles, en su justa medida, por su trabajo.

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